Pastor Arturo J Muñoz Nuñez

16 de abril a las 11:50 a.m.  · 

Así quedó la casa del Pastor Iván y de mi hermana Eunice, en donde mi sobrinito Arturito perdió la vida.

El incendio comenzó aproximadamente a la 1:50 AM del día 12 de abril en el cuarto de Arturito. En ese cuarto es donde normalmente dormían los tres hermanitos: Ivancito (11 años), Arturito (9 años) y Job (6 años).

Esa noche Job se quedó en el cuarto de sus papás porque estaba enfermo.

Mi sobrina Joy (13 años) fue la que se dio cuenta del incendio.

Esa noche, Joy se levantó y bajó del tercer piso al segundo piso para lavarse la cara porque tenía calor.

Cuando bajó, lo primero que vio fue el cuarto de Arturito que se estaba incendiando. La cama de Job estaba completamente en llamas.

En sus gritos, salió mi cuñado e inmediatamente sacó a Ivancito, que aún estaba dormido.

Después entró a buscar a Arturito. Lo buscó por todas partes y no lo encontró.

Esa noche, mi hermana Eunice había subido a Arturito a su cuarto y lo había puesto a un lado de Ivancito, en la misma cama.

Antes de subirlo, le dio un masaje a Arturito por varios minutos. Arturito se había quedado dormido en la sala, en uno de los sillones. También le dio muchos besos, sin imaginarse que serían los últimos besos que le daría a Tutu — como a veces le decíamos de cariño. Lo tomó es sus brazos ya dormido y lo subió a su cuarto.

Esa noche, mis sobrinos habían visto una película llamada: El Cielo Si Existe. Y Arturito dijo: “Yo quiero ir al cielo para ver a Jesús.”

En fin, cuando el cuarto estaba en llamas, mi cuñado entró una y otra vez para buscar a Arturito. Aún cuando ya casi era imposible entrar al cuarto.

La última vez que entró al cuarto, entró con una cobija sobre él. El fuego era intenso. Mi hermana había corrido a la cocina para traer un garrafón de agua y así tratar de apagar algo del fuego. Pero era imposible.

Mi hermana también salió al patio de atrás que miraba al cuarto de Arturito y comenzó a gritarle para que saltara o saliera. Pero nunca escucharon la voz de Arturito.

Realmente no sabemos qué pasó con Arturito. Personalmente creo que Dios se lo llevó antes de que Arturito sufriera. Creo que Dios le cumplió su deseo de conocer a Jesús esa misma noche. Creo sinceramente que Arturito no sufrió. Dios lo llevó a Su presencia antes de que las llamas lo tocaran.

Arturito tenía una chispa sin igual. Arturito era la iglesia. Arturito cantaba siempre con todo su corazón y con todas sus fuerzas. Arturito era un ganador de almas. Cuando salía con algún joven, era Arturito que los animaba para testificar de Jesús a otros jóvenes o para seguir adelante. Arturito no tenía miedo.

A la edad de siete años Arturito fue con su tía para comprarle una Biblia. La tía le dijo que ella se la quería regalar. Pero Arturito le dijo: “No tía. Yo la quiero comprar.” Y le dio $20 pesos. Cada semana Arturito ahorró para comprar su Biblia. Y después de varias semanas la terminó de pagar.

Arturito era amigo de todos. Todos fuimos tocados por la vida de Arturito a su muy corta edad.

Arturito era el único en la escuela cristiana que podía tocar el timbre de la escuela. Por alguna razón, a nadie más le estaba permitido. Siempre el corría a la dirección de la escuela para tocar el timbre. Creo que Arturito será el único a quien le darán permiso de cantar en el coro celestial con los ángeles.

Muchas veces no entendemos por qué pasan las cosas. Estamos convencidos de que Dios tiene todo en control. Solo en la eternidad sabremos el perfecto plan de Dios para la familia, para la iglesia y para Arturito.

Todos pudieron haber muerto esa noche. Además de Joy, Ivancito y Job, sobrevivieron: Ale de 4 años y Grace de 2 años.

Iván sufrió quemaduras en su brazo izquierdo y en su cabeza. Mi hermana Eunice se quemó un poco de su frente y Joy se quemó la planta de su pie derecho.

Si en alguna manera quisieran a apoyar a la familia, lo pueden hacer a través de Go Fund Me o directamente a la cuenta de mi hermana Aglaeé. (Cuenta que estamos traspasando a mi cuñado).

Sé que muchos se han tratado de comunicar con mi cuñado y mi hermana, pero ellos perdieron todo en el fuego. Sus celulares, lentes, ropa, Biblias… todo.

Gracias Arturito por todo lo que nos enseñaste y nos diste. Fuiste un ángel y un regalo de Dios. Hasta pronto. We love you!!